NO al exterminio

El 15M no es un movimiento político, es un movimiento ciudadano, son ciudadanos en movimiento que se dirigen a un punto de encuentro y, una vez juntos, protestan, proclaman lemas que nos representan o nos representarán en algún momento de nuestras vidas. El 15M no es un movimiento ciudadano contra los políticos -que tienen nombre y apellidos, se hayan o no caído del guindo de la lejanía, de vivir aislados de lo que le sucede a quienes representan, colmados de falsos piropos por su gestiones y discursos-, es un maratón popular capaz de recorrer los kilómetros, físicos o virtuales, que sean necesarios para ocupar un metro cúbico de esperanza o de rabia o de desahogo o de solidaridad.

Reconozco que hace un año era un escéptico más ante el movimiento del 15M. Hoy ya no lo soy. Ahora están más engañados que nunca los que apuntan con el dedo, desde sus portadas falaces y cómicas, a quienes salen a la calle para decir NO al exterminio de los derechos mínimos a los que tenemos derecho. Me recuerdan a esos depravados que huyen después de atropellar a un transeúnte para no afrontar las consecuencias. Algunos gobernantes hacen lo mismo. Primero atropellan, después huyen. No dan la cara, no miran a los ojos, no son los humanos que necesitamos. En días como hoy echo de menos a los otros, a los que sí miraban a la cara para decir la verdad y luchar contra la injusticia. Echo de menos a José Antonio Labordeta.

Deja un comentario